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artículo de opinión

25/11/2023@18:18:00

Pedro Gómez Chaix en una obra titulada Ensayos de Política Municipal”, nos daba cuenta del número y del estado en que se encontraban las escuelas en esta ciudad.

El inventor de la dinamita, el científico y químico sueco, Alfred Nobel, también llamado «el mercader de la muerte» fue un hombre admirado y al mismo tiempo repudiado. En 1894 compró la empresa, Bofors, dedicada a la industria armamentista. Nobel exportaba principalmente dinamitas a varios países de Europa y América. Y, por consiguiente, su fortuna creció de manera vertiginosa. Su invento fue una verdadera revolución en el campo de los explosivos. Se utilizaba en la minería, en la construcción de líneas ferroviarias, etcétera. Pero también ocasionaba muertes en las guerras. Y para lavar su imagen, y no ser recordado como el hombre causante de fallecimientos, creó el «Premio Nobel». Un premio que se otorga a escritores, investigadores y científicos cuyos trabajos representen un beneficio para la humanidad o, al menos, una contribución destacada en la sociedad.

Mochila al hombro, de desierto en desierto bajo un sol bíblico, veníamos de visitar el Krak de los Caballeros y esa noche dormiríamos en Damasco. A las puertas de la mezquita de los Omeyas, allá donde se espera la segunda venida de Cristo para anunciar el Juicio Final, parecía anticiparla un vociferante tumulto festivo. ¿Qué celebraban? La aparición de un comando muyahidín que, entre ráfagas de kalashnikov al aire, repartía puñados de copias de un folleto presidido por la palabra “entusiasmo” -Hamás en árabe-.

Y Azucena del Valle cogió su fusil en ¡Dispara lejos! donde se vuelve una superheroína y analiza las dependencias emocionales de los jóvenes, y no tan pipiolos, de hoy en día. Lo de autorrealizarse se lo dejamos a los mecánicos del amor y, también, del humor. Azu siempre se lo echa a la vida y a las situaciones más estrambóticas de sus dos protagonistas, la Vani y la Puri. ¡Con los sentimientos hemos topado, amigo Willy!

Palabras y más palabras: la palabra proferida, la silenciada, la palabra traducida y la interpretada. Esa palabra que nos ahoga…

Descubrimos que los templarios demandan al Papa y le exigen la rehabilitación de la orden, suspendida en el año 1312. Reclaman que todos los templarios medievales asesinados sean considerados mártires y que se les autorice a formar "un ejército".

Hoy, Azucena del Valle habla en su artículo de una película que ha creado tanta expectación como polémica, estamos hablando de SOUND OF FREEDOM. Costó mucho que las distribuidoras apostasen por el estreno de la misma y tardaron años en decidirse. El tráfico de menores y la pornografía infantil es una gran lacra de nuestra sociedad que las autoridades no han sabido atajar. Es más, algunos gobiernos como el español han rebajado las penas de estos criminales sociales. Ya es hora de que las personas que cometen estos crímenes sean perseguidos como se merecen y se acaben con estas mafias que juegan con la vida de los más pequeños.

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Sabemos qué es el machismo y el feminismo, pero ¿qué es “el hembrismo”? Apenas tenemos una aproximación ilustrativa gracias a Bertín Osborne. Al cantante se la han vuelto a meter doblada (y viceversa). Sus dos últimas conquistas (una de ellas embarazada) han cantado la Traviata en los platós previo pago (no mucho, el caché del famoseo está muy jodido).

GONZALO TORRENTE BALLESTER
Tal como el propio Torrente Ballester asume en Los cuadernos de un vate vago (Plaza & Janes, Barcelona, 1984; se cita por esa edición), la idea general de La saga/fuga de J.B. (1972; Destino, Barcelona, sexta edición, 1991; se cita por esta edición) se arraiga, en principio, en su “deseo de escaparme del realismo mostrenco en que he caído” (p. 79), en clara referencia a la trilogía Los gozos y las sombras (El señor llega, 1959; Donde da la vuelta el aire, 1960; La Pascua triste, 1962).

La libertad frente a la barbarie, siempre la poesía para iluminar las encrucijadas sombrías del ser humano, para cantar las maravillas y denunciar los desastres, para no sumirnos en las negruras que generamos desde que nos bajamos de los árboles y echamos a andar, para celebrar la vida y el amor que, como el musgo, crece en cuanto encuentra la mínima humedad. Esos han sido y siguen siendo los motores de la escritura y de la andadura cívica y ética de Abdellatif Laâbi, uno de los poetas más importantes de la literatura francófona. Para suerte mía, desde hace más de tres décadas atesoro su amistad y la de Jocelyne Laâbi, también escritora y traductora.

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Me pregunto por qué no hemos dado más cancha al acuerdo de divorcio Urdangarín-Cristina. Pero he llegado a una terrible conclusión: en el fondo nos frustran los acuerdos y el buenrollismo de los demás. Sumidos en el tormentoso devenir de la existencia, las miserias ajenas nos redimen de las propias.

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Cosas maravillosas de la vida: Meterte (sola) en tu cama con sábanas limpias salpicadas de lavanda; frotarte después de la ducha con toallas que rasquen tipo efecto exfoliante; que el aguacate mañanero esté en su punto, o consultar en aemet si podrás echar la siesta al sol. Aprovecha los pequeños placeres, porque en zero coma estalla la 3ª guerra mundial.

Del 6 al 8 de octubre me honraron dedicándome la 17 Feria del Libro Hispano/Latino en Queens, Nueva York. Tres días de paz, inmerso en el océano de 50 escritores, cerca de los sin papeles que continuaban durmiendo en las calles esperando que el manto de la poesía los arropara.

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Un día cuando ya no esté aquí y tú tampoco (aunque no te lo creas eso va a pasar) dirán “Ah sí, aquella columnista tan graciosa que pasaba los veranos en Lizarraga. Más en “liza” que en “rraga”. Siempre luchando contra la mentira y la injusticia.

Si no se tratase de una muy amarga claudicación de la soberanía nacional, la broma de las pantallas y de los auriculares para la traducción simultanea de las otras lenguas españolas en el Congreso de los diputados, se me antojaría un chabacano pasaje de una película de Mariano Ozores; pero en absoluto es así. Pues todos somos muy conscientes, a poco que nos paremos a pensar y por mucho que el Instituto Cervantes haya corrido a organizar una disimuladora celebración paralela, de que se trata de una humillación exigida por un chisgarabís desde Brabante para demostrar su poder sobre esta malhadada coyuntura y, de paso, mancillar a la lengua española. En cuanto al consentidor factual de semejante oprobio, nos sobra con recurrir a un refrán de los muchos recogidos por el profesor Andrés Amorós en su reciente compendio de paremias, Filosofía vulgar (2023): “por agarrar una silla, el político promete villas y Castilla”, y si no le queda otro remedio —añado yo—, hasta las fía.