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reseña de teatro

11/12/2023@21:21:00

Ser activista a carta cabal. Pero cometer errores. Denunciar, pelear, ofrecer lo mejor de sí mismo y conseguir la gloria, mas no los objetivos previstos. Intentar recoger el amor y sembrar también llanto.

Las relaciones entre artista y musa siempre han dado mucho que hablar, pero si nos atenemos sólo a esta premisa no habremos entendido la sentida actuación de María Giménez de Cala en el papel de Elizabeth Siddall, la mujer que aparece sumergida en el famoso cuadro prerrafaelista de Millais, Ophelia, y que dijo: «El amor de una mujer nunca es breve».

La mirada de la máscara. Que parece impersonal y sin vida, pero es todo lo contrario.

Cervantes no ha muerto. Sigue y continuará vivo por los siglos de los siglos venideros, donde nuevos lectores se adentrarán en sus personajes y llegarán a creer que un día fueron ciertos y existieron.

Hay tragedias insondables, que vienen desde la época helenística desgarrando corazones, acumulando venganzas, provocando incendios sentimentales, incestos, mitos, rencores, oráculos invisibles que conducen a un destino insoslayable.

Bécquer y los gorriones. Leer a Bécquer. Sentirlo en su conocimiento. Conocerlo en su sentimiento. Desesperados versos románticos aquí dichos, interpretados, cantados, musicados, con la elegancia del teatro, con la sensibilidad de la poesía, con la emoción de la música, con la fuerza de las palabras.

Acto I, esto es un poema. Una declaración de principios. Un biopic sin historia. Es Andalucía, es Manhattan, es Carabanchel sin barreras. Es música y es escena, es Cuento de Navidad sin serlo, es Tiny Tim, es performance, es reality show, es la sinrazón a que mi razón se hace, nace, crece y muere.

Solamente nombrarte ya me produce dolor. Solamente pensarte, casi. Por saberte ahí, instalado en mi frágil cuerpo, aunque aún sea joven, haciendo de las tuyas, que no es otra cosa que venir a molestar.

La campanilla suena. El ritual comienza, en un oscuro negro de escenario y vestuario. 13 Tongues saldrán a escena. 13 Lenguas, 13 cuerpos, 13 lunas.

En un momento podemos pasar de la alegría y llanto y de las penas a la risa. Y no siempre depende de la suerte. Sino que esta, la alegría, hay que trabajársela igual que si fuera una historia con final abierto, a expensas de lo que estemos sintiendo en el desenlace del destino.

Juan Goytisolo, en su obra España y los españoles (editada por Lumen en el año 1969) cuando habla de Hermingway nos dice que para él la interpretación de las corridas de toros son un acto, fundamentalmente de orden religioso, cuando un hombre (el torero) se rebela contra la muerte, porque en ese acto asume el tributo divino de dispensarla, haciendo del torero un émulo de Dios.

Gente de bien, gente corriente, unos junto a otros, en soledad, sin libertad, mal viviendo en muchos casos y, a veces, no nos damos cuenta que todo conduce hacia la muerte.

En esta tarde gris donde ya no te hallo, donde ya no estás ni te encuentro, de melancolías y de lluvias pasadas, cuando envío mensajes a un aire que no respiras, cuando echo la vista atrás hacia lo que fueron nuestros encuentros, cuando ni siquiera tengo fotos donde poder mirarte.

Año 1600, en Alcalá de Henares. Quisiera contarte limpiamente los hechos. Pero están cargados de violencia, de ensañamiento, de sangre.

Berlín, Berlín, tú conoces los recovecos que llegan al otro lado del muro, los pasadizos que comunican con la zona occidental, Berlín, Berlín, de mi corazón, hay dos “Berlines”, un Berlín de sueños, y un Berlín de realidad despierta, un camino hacia la aventura, una ciudad dividida.