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LITERATURA > ESCENARIOS

Chavela
Chavela

Resplandor que no se detiene

Hay bellezas que no están, necesariamente, en el rostro. Están en la personalidad, en la música, en la voz, en la embriaguez de vivir, en la celebración del arte, en la pasión por la vida.

La señorita de Trevélez
La señorita de Trevélez
El amor y la búsqueda de la felicidad frente a la chanza, el embuste, o el engaño como patrimonio de esa vida que, al primero que se le precita encima, es al que la patrocina. Siempre se dice que la mentira tiene las patas muy cortas, y a eso es a lo que asistimos en esta magnífica reposición de La señorita de Trévelez de Carlos Arniches en versión de Ignacio García May y dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Todas las casas
Todas las casas (Foto: La Megías)

Cuéntame un cuento

No puedo saber lo que ocurre al mismo tiempo que a mí me está sucediendo algo, pero sé que está pasando.

Ya no queda nada de todo esto
Ya no queda nada de todo esto

Cada uno tenemos nuestra historia

Entro en el teatro y lo hago en mi barrio. No me siento raro en él. Sus palabras, sus personajes, sus situaciones, sus historias son mías, las hago mías, las entiendo, me siento partícipe de ellas.

Caperucita en Manhattan
Caperucita en Manhattan

Plantarle cara al miedo

“Todos tienen una historia que contar”. Y tú eres Sara Allen, o Caperucita que está en Manhattan, y eres capaz de contar las estrellas, y confirmar que la libertad está en una misma.

Travy
Travy

Que cada uno salude como quiera

Jamás saldré de esta familia. Tampoco sé si quiero hacerlo. En realidad, no. Es una familia peculiar, de lo más variopinto, distinta a todas las demás. Así lo he asimilado y así lo he asumido. No quiero desvincularme de ella. Pero, por otro lado, hay que renovarse en sus planteamientos.

Revista ADE Teatro
Revista ADE Teatro

El infierno portátil, de José Manuel Corredoira Viñuela,[1] nos pone, de entrada, frente a uno de los dilemas más candentes de la práctica y de la teoría teatrales, fuera en la época de Aristóteles, fuera en el Siglo de Oro español: dirigirse a la inteligencia de los espectadores mediante la palabra o el discurso teatral, sin tramoya ni ornato, o bien complacer y causar la admiración de los “mirones” del teatro con la “mecánica” a que alude Aristóteles en su Arte poética o con las filigranas descritas por Will en la primera escena de la obra que nos ocupa. De manera simbólica, Corredoira decide borrar o quemar dichas filigranas con la luz de una cerilla para dirigirse, como recomendaba Aristóteles, a los lectores o “espectadores más inteligentes”,[2] razonables y críticos.

Atiende o dispara
Atiende o dispara

Dos entes y un destino

Podría decir que se apagan las luces, pero las luces ya estaban apagadas para Diana, siempre sumisa, siempre dispuesta, siempre acatando órdenes, sugerencias, desplantes, desprecios, siempre siendo la última, un cero a la izquierda.

Una noticia no esperada
Anonimato
Anonimato

Algo cambia en el concepto de las relaciones cuando se descubre un secreto. Surge un impulso de querer saber más, de ahondar en el pasado, de preguntar por qué no se supo nada antes y, entonces, uno se arroja a las dudas, a cuestionarse de dónde procede y en qué medida le afecta, a plantearse si las cosas hubieran sido de otra manera.

Todas las santas
Todas las santas

Involucrarse

Un país como El Salvador necesita que lo salven. De la inflación, de la violencia, del desempleo, de la desigualdad, de la pobreza, del crimen, de las pandillas.

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